sábado, 1 de marzo de 2008

Anduve con “Cascajo”

Trabajaba en la calle y se adhirió a mi mañana.
Durante la misma el tipo fue mi fiel compañero. Algo que se ha dicho hasta el cansancio es que los perros son fieles. Bueno, aquí caigo en el facilismo si se quiere.
Pero es real. A este desecho de perro solo lo había visto una vez y no lo había tocado siquiera. El hecho es que me siguió durante la recorrida por la ciudad.
Y fue de lo más grata su compañía. Fue como un abrazo fraternal.
Yo estaba bastante “volado” y el muy turro me hacía volver a la realidad cada vez que se cruzaba ante mi bicicleta, obligándome a frenar bruscamente para no atropellarlo. Muy solidario él.


Y lo bauticé “Cascajo”. La verdad al pobre se lo veía bastante descangayado. Medio rengo, las orejas caídas y el pelaje... un asco. Pero simpático.
Un macanudo que fue mi ladero muchas horas y se enfrentó a todo tipo de adversidades sin alejarse de mí. Tuvo encontronazos con otros atorrantes como él; en algunos casos encaró, en la mayoría huyó.
Lo que más me alegró fue tenerlo de compinche. De compadre.
Éramos los dos con toda la calle para nosotros; libres y con pocas metas, pero felices. Una cuestión entre tipos... cosa de machos.
Al culminar mis labores me acompañó hasta mi trabajo. Y allí me esperó hasta que salí rumbo a mi hogar, donde le convidé con un regio balde de agua fresca.
Allí también me avivaron que mi “cumpa”, mi copiloto, mi amigazo, el macho que me entiendió en los silencios... es una “Cascaja”.

¡Qué nabo!...
Y bueno... aquí no importa el género, no? Valen las virtudes de la compañía.

Banda de Sonido Recomendada: "Callejero" - Hernán Cortés (por su sobrino Alberto)

1 comentario:

  1. mmm, a veces el género determina la virtuosidad de la compañía, no?

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