domingo, 6 de abril de 2008

Viejos Amigos Viejos

Los encontré allí, tal cual los dejé siendo un mocoso.
Viejos amigos que hicieron de mi infancia una eterna caminata al cielo: árboles, antenas, molinos… (además, techos).
Siempre buscando las alturas.
Delicias de la corta edad.
Amigos juguetes. Juguetes improvisados.
Los preferidos, los más visitados en el transcurrir diario.

Y los veo y me pesan (también yo a ellos, claro).
Aquellas ramas que supieron sostenerme y hamacarme, ya no resisten ni el peso de mi sobrino (aunque a él mucho no le importe dejarse abrazar por ellas).
Y el molino ya no nos da esa agua indispensable: su cola y su rueda hace años cayeron bajo la fuerza de Eolo y la evolución “natural” impuso un bombeador.
Aquella antena que nos dio tele por décadas (yo no aparecía aun en el álbum familiar) pasó a formar parte del decorado; su “parrilla” se mudó a zonas más alejadas donde no llega la tecnología cableada (cuando la TV satelital no existía, claro está).

Etapas.
¿Fragmentos?
Todos crecimos. Estos amigos también.

Aquí cito la pregunta de una amiga: ¿Junto al crecimiento van muriendo partes nuestras (como las ramas que se van secando y ya no cumplirán función alguna en nuestra vida, más allá que la de simples recuerdos)?
Quedan atrás unos fragmentos que dan paso a otros; todos al final forman parte de nuestra historia.
Lo que sucede con estos viejos amigos (viejos) es similar a lo que nos sucede en la vida con las personas. ¿O no?
Soundtrack Recommended: "Stairway To Heaven", Led Zeppelin (más que nada por el título, obviemos la letra)

2 comentarios:

  1. Más bien son escaleras al éter.El cielo es inalcanzable, ni siquiera por los cosmonautas...

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  2. Tenés razón, Titán.
    Aunque de niños vemos todo como posible... Los (escasos) años (edad) acortan algunas distancias.

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