miércoles, 11 de junio de 2008

Ella / Eso (¡Volvió! - Cuota Nº 8)

Regresa la apasionante (¿? Para él...) historia de este lentón, que ha conocido a una GRAN mujer. Se han reencontrado luego de algún tiempo, en la calle: él trabajando de heladero, ella como clienta acalorada que lo sorprende recordando su nombre.
Mayor golpe recibí en ese instante.
¿Cómo explicar con exactitud ESO que se siente, sin ser mezquino en calificativos?..
Fue un cross directo a mis caninos, que resonó hasta mi estómago. La verdad es que comencé a sentir ese hormigueo del que todos hablan pero que supongo nadie lo entiende hasta que lo vive en cosquillas propias. Rara es la sensación que a uno lo domina desde lo más profundo... de su ser?
Obviamente no era tiempo de cavilaciones románticas encontrándome ante el torbellino Dora, así que me repuse a base de cortas respiraciones imperceptibles y de poner la mente en blanco.
Esto último me resultó bastante fácil, ya que ella llevaba un vestido blanco de tela muy ligera (lo imaginé sobre una malla) que producía un grandioso encandilamiento al encontrarse “al rayo del sol”. Toda esa presencia la tenía a unos treinta centímetros!
Pero esta vez no me quedaría callado... claro que no!
-R... raro, señora Dora? –impuse mi hombría en la pregunta.
-Para, gurrumín. Si me vas a tratar de señora, vas a ligar. Última vez que lo decís: para vos y para todo el mundo soy la Dora ¿’tamos? –pareció incomodarse, aunque normalmente (dentro de lo poquito que la conocía) reaccionaba así.
Asentí con un ligero movimiento de visera y permanecí mudo, contemplando su escote. Que no se me malinterprete: mi gorra no me permitía ver a su rostro sin tener que inclinar mi cabeza, cosa que no quería hacer pues deseaba que me viera firme en mi postura... como el mejor soldado... (de paso, este soldado no perdió de vista la defensa de un tanque como ese).
Y continuó: -...Sí, rarito. Pero no de “esos” raritos... JA JA JA, viste. Vos no me pareces para nada un “flojito”... JA ... como yo les digo! (“... para donde va?...”). En definitiva, che: me caes más que bien, sabes? (“... GLUP!... GLUP!... GLUP!...”)
.
¡Qué situación! ¡Esta escultura propia de un demente genial me estaba hablando en un sentido que no sabía si iba por la mano o en contramano a mis deseos!
... Mis deseos... ¿Qué deseos eran esos? Tal vez no me los había planteado en concreto hasta ese momento. Y no había mucho tiempo para meditaciones así que dije: -¡Menos mal... Qué suerte, no!? (“...oh, nooooo... soy medio nabo... ¿cómo le voy a decir menos mal? Estoy quedando al descubierto... pero... ¿dónde está?”).
Todo su corpacho ya me daba una rotunda espalda con la resolución a una de mis dudas: si, tenía maya debajo del vestido, que al traslucirse dejaba ver el ágil “zarandeo” de sus ondulantes asentaderas. Interminables, por cierto.
-¿A dónde va...s? –rugí mi tuteo sin ningún tipo de autorización. (“...Je... macho...”)
-Vení, pulgón. Vamos a pegarnos un baño en el Atlántico –vociferó ya desde las escalinatas que bajaban a uno de los balnearios más céntricos y poblados de la ciudad.
Recommended Soundtrack: "I Got A Woman", Ray Charles.

4 comentarios:

  1. wey! me gustó tu blog.
    Me iré pasando

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  2. AAAAAAArg!
    Emo cio nan tee!

    Se viene el fuentón de los enamorados??
    Acaso la alzará en sus brazos con la ayuda del atlántico?
    Alcanzará el atlantico para contener... su amor?

    Que dicha!
    Y que ducha se deberán dar para sacarse la salitre...

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  3. Sabe que sus historias son como hijas de la calle? son palpables,cercanas...un lujo.

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  4. L): Pues... si te animás!
    P): Ja! 'perá, 'perá y vas a ver... ¡Se viene saladito!
    T): Hijas de... quien? La que quiere ser "palpable" es la protagonista, no? Y "cercana" ni te cuento...

    A todos, 'chas 'chas gracias.

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