martes, 26 de agosto de 2008

"Renglones Rurales" no sería el título, pero... - 4tos. renglones

La tensión en el maestro iría incrementando con el correr de las horas. Esa noche no dormiría; en mayor medida por sentir la terrible helada que caía sobre aquellos parajes.
“Dios quiera que estos chicos no sufran un accidente... Dios quiera” pensó, observando el pequeño crucifijo que colgaba sobre la cama que le cedieran los Argüello para pernoctar luchando con la ansiedad por salir a buscar rastros junto al resto de los hombres.
...
Otra era la tensión que estaban sintiendo los pequeños junto a la fogata.
María Elena gritó:
- ¡¡¡Yo estoy lista!!! –sosteniendo una ramita que no superaría los treinta centímetros, poco consiente del momento que se estaba viviendo.
- Vos quedate atrás mío –respondió su hermano, aferrando con todas sus fuerzas un palo de considerable espesor para sus pequeñas manos.
Silenciaron sus voces todos, expectantes.
Ningún sonido.
La noche se sentía aun más negra que dos minutos atrás. Y la fogata, tan diminuta...
La luz, en su temblor no ofrecía a sus ojitos ningún tipo de imagen o sombra a divisar.
Jorge frunció el ceño.
- ¿Vos estás seguro que viste algo? –mirando a Valentín a través de sus párpados a medio abrir - No será que te asustaste, ¿no?
- ¡Qué no voy a ver! Fijate! Fijate!!! –gritó aun tembloroso su compañero.
Algunas risitas sonaron entre los alumnos, que fueron mutando a risas y luego carcajadas, ante la ira de Valentín, que intentaba explicar gritando.
- Él tiene razón –se escuchó en medio del bullicio.
- ¿El qué? –preguntó riendo Tito.
- Él tiene razón... – sonó una voz grave y aguardentosa en la oscuridad. -... hace rato que estoy acá!
Volvió el pánico a los cuerpecitos de los niños, que olvidaron sus armas, su coraje y principalmente su alegría momentánea, permaneciendo inmóviles y en absoluto silencio. Incluso enmudecieron los llantos de los más pequeños.
Silencio total. Absoluta quietud.
En un mínimo susurro lagrimoso, Rosita le dijo a María Elena: -..Quiero hacer pis!...–.
Dieguito rompió en contagioso llanto, que Irma coreó.
En la oscuridad una sombra se acercó algunos centímetros y detuvo su paso. Todos retrocedieron instantáneamente.

Suavizando su tono, la voz pidió:
- No se asusten, chiquitos...
Yo no voy a hacerles nada, eh? Lo único que les pido un favorcito, si?
Quiero arrimarme a la fogata para calentar las manos... estoy todo engarrotado de frío.
¿Puede ser?
- ¿Y? ¿Yo qué dije? –reclamó Valentín, mirando a ambos lados, expresando con su rostro un pequeño triunfo y olvidando por un segundo que parado frente a ellos, estaba su miedo.
- ¿Ud. quién es? –indagó Jorge, impostando su voz todo lo que pecho y garganta pudieron hacer, intentando sonar como un hombre. En otras circunstancias habría sido motivo de risas.
- Me dicen “Cuneta” –dijo el hombre, dando un torpe paso al frente y dejándose ver, a media luz.
Esbozó una sonrisa. No logró eco en los dueños de la fogata. Tito, en un segundo, quiso saber:
- Señor... ¿Ud. es un croto?



Prometo no tardar tanto con la continuación.

Banda de Sonido recomendada: "Tremolo", Eduardo Falú.

jueves, 21 de agosto de 2008

Marco Cretino


Recommend Soundtrack: "Song of Farewell" + "Finale", Seraphim.

jueves, 14 de agosto de 2008

Letras Instantáneas: "11:36 hs."

(¡Cliiiick!)
El vapor de las ollas ha empañado los vidrios de la ventana.
La cocina es un infierno, gracias a la “negra” a leña.
“Miza” duerme debajo, en el cajón repleto de hojas secas de eucaliptos y astillas (ya tomó su dosis diaria de leche; la taza reposa en el piso).
Mamá apura el jabón contra la ropa que lava sobre la mesada.
Correr “gatillo” para pasar a siguiente cuadro del rollo de película; girar “Magicubo” para próximo flash ... ¡Cliiiick!)
De a ratos nos observa jugar en el patio, a través de los vidrios de la puerta (también empañados).

martes, 5 de agosto de 2008

Encuentro

Esa mañana nadie esperaba algo especial, y sin embargo...
Ella vestía su clásico atuendo, rompecabezas en el negro. Él, aquella monótona vestimenta de trabajo, bañada en rutina.
La imagen, para ambos, fue un golpe directo al pecho y a la sangre. El rojo lubricante bañó las paredes venosas por el choque de sensaciones y comenzó a circular desbocado.
Fueron acercándose y él se percató de la presencia masculina a un lado y un tanto atrás, con andar desgarbado pero atento a...
La imagen se decía en cámara lenta, con “Karma Police” como único conjunto de sonidos en la mente de él.
El exterior perdió definición y sentido.
¿Cuál sería la reacción al culminar el desandar de la infinita distancia que los separaba?
¿Qué decir?

-¡Eh! ¿Cómo andas? –fue lo más original que saltó de la entorpecida lengua de él.
“¡¡¡Plaffs!!!” fue la respuesta más sentida que rugió ella desde su palma derecha a la desprevenida mejilla de su interlocutor.
Silencio
El acompañante esbozó una tenue sonrisa, en tanto observaba el vecindario en gris.

Ella también sonrió. Catarsis.

Su espalda ahora suena a “No Surprises”. El ardor también.

Recommended Soundtrack: lo dicho, Radiohead.