Y sale.
La calle está como siempre, asquerosa. Y encima esperar el colectivo, esa mole de degradación humana que nos lleva a la derrota de todos los días. Leviatán urbano.
Las caras de todos los fracasados como él. Pero también las caras hermosas, ojo. Esas caras que te transportan a praderas estivales y a huracanes de almizcle. Esas caras que en la soledad se evocan con placer. Ahí viene, con su paso lento y cansado, respirando brea.
Un peso.
Hay que ir hasta el infierno, perdón, el microcentro. Y enfrentar las rugosidades de las horas que no quieren pasar. Pero hoy es viernes. Viene el finde. Los partidos, la gloria efímera de ver a tu equipo ganando un torneo de mierda que no te interesa en realidad. Ellos ganan mucha plata por correr detrás de una pelota mientras vos te rompes el lomo detrás de un escritorio de níquel.
Qué vida, ¿no?
Un peso.
El colectivo está lleno, como siempre. Se va para atrás. Y encima el calor. Estos pronosticadores que decían que iba a llover y que el calor se iba ir para la costa de Pindorcho, junto con una masa de aire de baja presión.
Pero hoy es viernes y cree que van a dar “Scarface” en cable. “Me encantaría ser Montana. Tenía todo, putas, drogas, guita y una cara cortada. Qué buena vida”, piensa mientras el colectivo se mete en la orgía de la avenida principal…
La calle está como siempre, asquerosa. Y encima esperar el colectivo, esa mole de degradación humana que nos lleva a la derrota de todos los días. Leviatán urbano.
Las caras de todos los fracasados como él. Pero también las caras hermosas, ojo. Esas caras que te transportan a praderas estivales y a huracanes de almizcle. Esas caras que en la soledad se evocan con placer. Ahí viene, con su paso lento y cansado, respirando brea.
Un peso.
Hay que ir hasta el infierno, perdón, el microcentro. Y enfrentar las rugosidades de las horas que no quieren pasar. Pero hoy es viernes. Viene el finde. Los partidos, la gloria efímera de ver a tu equipo ganando un torneo de mierda que no te interesa en realidad. Ellos ganan mucha plata por correr detrás de una pelota mientras vos te rompes el lomo detrás de un escritorio de níquel.
Qué vida, ¿no?
Un peso.
El colectivo está lleno, como siempre. Se va para atrás. Y encima el calor. Estos pronosticadores que decían que iba a llover y que el calor se iba ir para la costa de Pindorcho, junto con una masa de aire de baja presión.
Pero hoy es viernes y cree que van a dar “Scarface” en cable. “Me encantaría ser Montana. Tenía todo, putas, drogas, guita y una cara cortada. Qué buena vida”, piensa mientras el colectivo se mete en la orgía de la avenida principal…
Yo siempre pienso que me gustaria ser un "panadero" (esas pelotitas de pelos blancos que estanh por todos lados en primevera yendo y viniendo) de esos peludos que vueñan por el aire, que va a cualquier lugar hjasta sque se deshace.
ResponderEliminarjlg
como me gusta imaginar, y recorrer pasados recientes y antiguos , mientras el colectivo corre , baja y sube , si hasta mi mente se alinea a la misma velocidad.
ResponderEliminarmuax!
ibncreíble descripción de la selva en que vivimos, algunos más, otros menos... pero allí está aplastante...
ResponderEliminarmil besos
El microcentro.... aaaajjjj!
ResponderEliminarYo también fantaseo mientras voy a donde sea en lo que sea, voy siempre colgada!
besos
Rutina, selva de cemento y más rutina...
ResponderEliminarPelotas y pelotudos!!! jajaja
No estamos solos siempre hay peores
Saludos, un abrazo
Ahora sí podrás postear en mi blog, mira que esta boluda hizo trabajar a sus neuronas por vos!!! jajaja
Quiero más....
ResponderEliminarOhhhhhhhhhhhh el poder de la imaginación!! verdad?
ResponderEliminarbsos!
este finde estuve vario rato andando en colectivo: junto con el viernes y es sábado harán 4 o 5 horas adentro de esa bestia de metal. pero debo admitir que fue la primera vez que me gustó viajar en eso, estaba bastante fresco ahi y no habia mucha gente en los horarios que viajé. bastante relajante para mi, bah
ResponderEliminarHay dos maneras de esquivar el infierno:
ResponderEliminarignorándolo (lo que termina en aceptación y contribuye al mismo)
ó
transformándolo (como esas caras)
Llevemos praderas y playas nudistas en nuestros ojos!
Mirá que he escuchado descripciones y adjetivos para un colectivo. Mirá que leí mil y una reflexiones sobre el pequeño infierno de la cotidianeidad. Pero esto de Leviatán urbano... y muchas otras imágenes como "la orgía de la avenida principal" se ganaron el Blogger de oro a la originalidad.
ResponderEliminarBesos.
JLG): Ojo, J, que te agarra un mocoso y de un soplido te desmembra!
ResponderEliminarI): No me digas que tu mente también suele apretarse con el resto de los órganos en el cráneo (colectivo gris!!!)... bah... están algo apretaditos... a veces más que de costumbre.
E): Por suerte, no vivo en una selva semejante. Tal vez lo mio sea un bosque apasible.
M): Es que en esos momentos se crean mundos en nuestras cabezas, mundos de deseos (que el viaje termine pronto, que se baje el asqueroso, que no se siente la de los bolsos a nuestro lado...).
N): Hermoso cruce de insultos hemos tenido, suaves, pero efectivos. Aplicás muy bien.
TITAN: Bien!!! Te tomo la palabra... (no te colgués, vieja!). Ahora sigo yo.
F): Por favor, que nunca nos abandone!!!
A): No siempre es malo. Vos nos mostrás el lado positivo. Ahí podés leer, dormir y hasta dibujar (y porqué no escribir!).
P): Si, si, si! (donde se conseguirán esos lentes con visión nudista?)
LM): ¡Carta para vos, Titán!
Es la mirada titánica que atraviesa la cotidianidad (quién cómo él?)